Durante una temporada me aficioné a ver videos de física, que hablaban de la materia oscura. Me resultaba increíble que hubiera un trabajo que consiste en pensar e imaginar realidades nunca antes pensadas. Me aficioné a Michio Kako y sus videos acerca de la física teórica y la materia oscura.
Una noche, mi cerebro me dice “-¿quieres ver cómo es la materia oscura?,” -si quieres yo te la puedo enseñar, pero tendrá que ser a través de una alucinación, puesto que no hay nada en tu cuerpo que pueda detectarla”. Yo respondí que quería verla, y entonces las paredes de mi habitación empezaron a cubrirse de algo parecido a unos panales, figuras octogonales de diversos tamaños apelotonadas, con una figura parecida a una hoja en el centro de cada una de ellas. Pude sentir su tacto, parecido al de un algodón de azúcar y que además si cogía un puñado de ellas las podría añadir en otro lugar.
Sentí un poco de miedo, ante algo que sentí me supera, y pedí a mi cerebro que no me lo siguiera enseñando, y empezaron a desaparecer los panales que había en las paredes de mi habitación.
Tengo un pacto de caballeros con mi cerebro, le permito y le doy espacios donde puede alucinar con total tranquilidad, a cambio de que no me cause miedo, ni me resulten invasivas, o me molesten en mi vida cotidiana.
Rosa García, alias Chica Asteri



